SUGERENCIAS PARA
RE-VISITAR
FOTOS DE CARACAS
SIN MORIR EN EL INTENTO
Con motivo de un nuevo
aniversario de Caracas y como homenaje a Wiliam Niño, la “Cátedra de Imágenes
Urbanas” organizó el pasado 25 de julio el encuentro TRES ÁLBUMES DE CARACAS. La idea era, como quien visita a un amigo y curiosea sus álbumes familiares, ver y comentar fotos de Caracas de la colección de William y la de la Fundación para la Cultura Urbana para, a mi entender, ver lo que fuimos y lo que somos para imaginar lo que podemos y debemos ser.
Uno de esos álbumes ha corrido por las redes estos días (desde el link http://prodavinci.com/galeria/?gid=39&gstart=0), casi siempre acompañado de esa cantinela, entre la admiración y el lamento
con que, al parecer, insistimos en ver (y simplificar…) lo pasado como testimonio de un paraíso que perdimos para caer, de sopetón y sin más explicación ni responsables que la
desgracia del destino, en este presente doloroso que asumimos inescapable. Simplificación que alcanza a las personas que convertimos en personajes lejanos de sí mismos y su propia vitalidad; tanto como nos aleja de la ciudad esa sobredosis de nostalgia escapista...
No comparto esta asunción
y en ese sentido escribí la nota que leí en ese encuentro y aquí reproduzco. Entonces,
para recordar al amigo y nuestra
ciudad con la justicia crítica que creo necesaria y ahora para alertar sobre el
regodeo en una nostalgia paralizante que puede dejarnos varados y, peor aún, resignados
a lo malo como ajeno e inevitable.
Aire
fotomontaje digital de Vilma Obadía Benatar
No soy
fanático de eventos aislados sin programas sostenidos; preferiría salir a mirar
la ciudad que estar en un salón admirando fotos; y temo que, como hacemos con
Caracas, estereotipemos la admiración hacia William para evadir la comprensión
de ambos.
Pero la
fecha vale. Particularmente este año, cuando se manipula para seguir
mitificando a uno de los gobernantes que más vejó a esta ciudad; creo que
porque le tenía un miedo inmenso. Por eso celebro compartir con ustedes y,
disculpen la sinceridad, imágenes mediante, con William, con quien llevo ya
casi tres años sin hablar; ni pelear, que era muy divertido…
Cuando murió, escribí para el Papel Literario de "El Nacional", un texto que, para convocar a su querido Oswaldo Trejo, titulé "Un hombre que fue ciudad".
Como
Caracas, William era contradictorio, impredecible, múltiple; tan despierto como
frecuentemente disperso. Mucho de su obra nació de azares que, inteligentemente, reconocía al ir conversando y, casi de repente, de tema asomaba una idea que sugería un evento,
exposición, libro o combinaciones como proyecto. En ese reducto del lloriqueo
que es a veces Facebook, alguien lo citaba recientemente diciendo que ya
Caracas está terminada; que basta con limpiarla, mantenerla y listo. Fui
testigo de la fuerte discusión entre William y Vilma Obadía sobre esa
afirmación y del cambio de aquella posición conservadora hacia otra que, casi
frenéticamente, veía posibilidades de reformulación en cada esquina. Y es que
citarlo sin fecha ni contexto traiciona a quien, como Caracas, evolucionaba
continua, intensa y casi paradójicamente. Pasa con quienes son ciudades: sólo se mantienen realmente vivos cuando aprenden a oportunamente morir un poco la ciudad y la gente…
Quien
haya estado en su casa sabe que William no era amigo de reduccionismos; por eso
no le va enjaularlo en cualquiera de sus muchas frases contundentes. Más que un
hombre con ideas SOBRE la ciudad, William era un acucioso observador que
pensaba haciendo EN, DURANTE Y CON su caraqueñidad cotidiana, entreverando oralidad,
visualidad, registro e intuición y compartiéndolos generosamente. Su gran
legado es el de un curador urbano que observando, calificando, relacionando,
mostró lo que creíamos haber visto ya de forma inusitada, reveladora y muchas
veces hasta exagerada.
Y
Caracas necesita curadores. Tanto que sepan clasificarla para clarificarla como
que se atrevan a curarla sea cuando basta una curita o cuando hace
falta bisturí, criticándola a veces duramente y otras acariciándola devotamente,
tan vigilantemente inclusivos como incluyentemente incisivos. Tampoco a Caracas
le van las jaulas; estos álbumes me interesan sobre todo por las contradicciones
que, William, gran provocador, propone al combinar la prístina vitalidad de
Caula, Gasparini, Matiz y otros con la crudeza cenital de Nicola Rocco.
Hoy,
más que lo hecho o haciéndose, celebro la posibilidad de vernos y atrevernos a
acometer lo mucho por hacer. Vigilantemente amorosos y afablemente
quisquillosos, como William y su mirada alerta; frecuentemente desconcertante,
como nuestra Caracas, de cuya consolidación civil depende su pertinencia
cívica.
Y no hay
día más cívico y ciudadano que el de la ciudad ni ciudadanía sin entender que
sólo cuando exige futuro el pasado logra hacer y ser ciudad. Los héroes civiles
que lo saben y hacen garantizan que ella viva atravesando calendarios.
Lo otro
es sólo acumular años.
Y, como creo diría William, “¡qué faaastidio…!”
Quieres tener todos tus fotos en un lugar sequro? No tienes tiempo por hacer backup. Hemos creando una soloucion, la nueva pagina de red social www.copiapop.es. Puedes subir fotos, consejos, video y noticias y compartir con quien quieres.na publicidad gratuita e ilimitada, te animas a probarlo? Si tienes algunas dudas o pregunats contactame. Maria maria@copiapop.es
ResponderEliminar